EPIDEMIOLOGÍA,
DISTRIBUCIÓN Y TRANSMISIÓN


El vector: en los países mediterráneos el flebotomo tiene su periodo de actividad entre los meses de mayo y noviembre. La presencia del vector ha aumentado y se ha extendido territorialmente, llegando al pie de los Alpes en Italia, a los Pirineos en Francia y al norte de España, ello ha hecho aumentar de forma significativa la prevalencia de la enfermedad. Desde el punto de vista de la epidemiología, existen en la actualidad dos conceptos a tener en cuenta.

El primero es que la infección en las áreas endémicas es extensa, pero no todos los animales infectados desarrollan la enfermedad. Estudios utilizando técnicas de PCR han demostrado que la prevalencia de la infección en perros es mucho mayor que la proporción que realmente desarrollan enfermedad clínica. En los animales infectados se dan dos patrones de progresión de la enfermedad: en algunos perros, aparecen signos clínicos severos al poco tiempo de darse la infección; en cambio, la mayor parte de perros, permanecerán infectados de por vida pero evitarán la aparición de signos clínicos a no ser que algún factor (enfermedad, medicamentos) haga despertar la infección latente.
5-10%
enfermos
90-95%
no enfermos
El segundo concepto es que en condiciones favorables (altas densidades de perros o de flebotomos), la enfermedad es capaz de transmitirse rápida y eficazmente por toda la población canina. Como ejemplo de esto, tenemos en España valores de hasta un 34,6% de seroprevalencia reportados en la zona de Málaga. Estos dos conceptos nos muestran que la leishmaniasis clínica en las zonas endémicas, es sólo la punta del iceberg, y que los animales infectados son la mayoría de la población.

La vía de transmisión habitual de la Leishmaniosis canina es mediante la picadura de un flebotomo. Tanto los perros sintomáticos como los asintomáticos son potenciales transmisores de la enfermedad, pero los sintomáticos tienen un potencial de infectividad mayor. Aunque los flebotomos son los únicos vectores adaptados a la transmisión de la Leishmaniosis, se han descrito otras vías como la transplacentaria (vertical), venérea o por transfusiones de sangre. Otro modo de transmisión no demostrado sería directamente de perro a perro por mordeduras y heridas.