Los problemas endocrinos suponen un motivo relativamente frecuente de consulta en las especies domésticas (perros, gatos y exóticos); algunos estudios indican que aproximadamente un 2-5% del total de las consultas que recibe una clínica veterinaria, se refieren a problemas hormonales.

Muchas de estas enfermedades endocrinas se encuentran subdiagnosticadas por razones varias: disponibilidad de equipamientos, dificultad de interpretación de pruebas diagnósticas o una menor familiaridad del veterinario con enfermedades poco frecuentes.

Una vez la enfermedad endocrina es diagnosticada, el control clínico y monitorización laboratorial del paciente es un reto añadido que tendrá influencia directa en la calidad de vida del paciente. Un factor clave es determinar la posología que se adapte mejor a cada caso dependiendo de la respuesta clínica y de la presencia de enfermedades asociadas.

También es preciso mencionar que el segmento terapéutico de la endocrinología veterinaria hoy en día sigue estando en desventaja frente a otros segmentos terapéuticos de gran volumen y madurez y en los que la mayoría de laboratorios destinan sus partidas de investigación y desarrollo para generar productos adaptados a las necesidades de perros y gatos. La clara constatación de este hecho es el elevado peso específico de productos farmacéuticos no registrados para los animales de compañía lo que implica un esfuerzo adicional de adaptación en tratamientos y dosis.