El objetivo de todo productor porcino es conseguir la máxima eficiencia en la producción de "kilos de carne de cerdo". Si el punto de partida en este proceso es la reproducción, de su control eficiente y optimización dependerá una producción rentable y competitiva.

Por lo tanto el profesional veterinario debe mantenerse al día en las últimas técnicas reproductivas y de manejo y en la resolución de los problemas que se puede encontrar en las explotaciones, de esta forma alcanzará un verdadero "dominio" de la reproducción y por tanto de la granja.

El comportamiento de los animales de granja -sobre todo el comportamiento sexual, maternal y de alimentación- tiene a menudo consecuencias productivas importantes. Por otra parte, la preocupación por el bienestar animal, en la opinión pública europea, es cada vez mayor, y en la Unión Europea hay varias directivas de protección de los animales de granja que obligarán a realizar cambios importantes en los sistemas de alojamiento y en el manejo de los mismos. Por último, no hay olvidar que el bienestar animal debe considerarse como una herramienta que, en la mayoría de los casos, mejora la producción.

En un entorno que evoluciona tan rápidamente como el de la producción porcina moderna, las decisiones encaminadas a cumplir con los objetivos de producción y asegurar la eficiencia de la empresa ganadera se suceden de forma contínua (adaptación de la granja a la Ley de Bienestar; retirada de algunos medicamentos; producción de animales en número adecuado a las unidades de transporte; encarecimiento de las materias primas, etc). En este contexto será muy útil al veterinario la elaboración de estudios a medida para la implantación del manejo en bandas o lotes, para la ampliación o modificación de granjas existentes, para el dimensionamiento y el llenado de granjas nuevas, así como para la optimización de la producción mediante un manejo acorde a las instalaciones disponibles.